NUEVA YORK.- Paul Manafort, el exjefe de campaña del ahora presidente, Donald Trump, cumplirá más de 7 años de prisión tras ser sentenciado por un segundo caso relacionado con la llamada trama rusa por fraude fiscal y bancario.
En la vista del juicio celebrada este miércoles en el Distrito de Columbia, Manafort ha sido condenado a tres años y medio adicionales, después de la condena previa a casi cuatro años de cárcel que recibió en otro proceso judicial la pasada semana en el estado de Virginia.
La jueza Amy Berman Jackson ha subrayado que el exjefe de campaña de Trump ha pasado gran parte de su trayectoria dedicado a “engañar al sistema”.
“Decir que siente haber sido atrapado no es una inspiradora petición de clemencia (…) Este acusado no es el enemigo público número uno pero tampoco es una víctima”, ha afirmado la jueza.
Pocas horas después de conocer la sentencia, la Fiscalía de Nueva York ha acusado al exjefe de campaña del presidente estadounidense de cinco supuestos delitos de fraude fiscal y bancario.
Las nuevas incriminaciones han sido elevadas por el fiscal del distrito sur de Nueva York, Cyrus Vance, “por un fraude hipotecario de un año de duración, mediante el cual Manafort y otras personas falsificaron registros comerciales para obtener ilegalmente millones de dólares”.
Mientras, el presidente estadounidense ha asegurado que “me siento muy mal por mi exjefe de campaña”
Deberá devolver 6 millones de dólares
Del mismo modo, Manafort, de 69 años, deberá devolver, además, 6 millones de dólares.
El proceso contra Manafort es producto de la investigación de la la llamada “trama rusa”, liderada por el fiscal especial Robert Mueller, pero no está relacionado con las actividades que desempeñó dentro de la campaña de Trump.
Mueller acusa a Manafort de haber creado una “red de entidades y cuentas bancarias” en diferentes países para ocultar hasta 75 millones de dólares que obtuvieron principalmente del Gobierno prorruso de Ucrania y de oligarcas rusos.
Manafort, que dirigió la campaña de Trump entre mayo y agosto de 2016, tuvo que dimitir tras descubrirse que había recibido 12,7 millones de dólares por asesorar en secreto al expresidente ucraniano Víktor Yanukóvich (2010-2014), vinculado a Moscú.
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