El Gobierno asumirá la política nacional de la sangre y suplirá a todas las regiones del país del líquido vital para salvar vidas en casos de emergencias, cirugías y cualquier gravedad.
La afirmación corresponde al doctor Sócrates Sosa Peña, director del Hemocentro Nacional, una infraestructura que busca suplir la deficiencia de sangre y elevar la capacidad de donación del dominicano.
Para llegar a la gente. Habrá 16 unidades que se derivarán del Hemocentro y suplirán a toda la red pública y al sector privado.
Las de la región Este estarán ubicadas en Higüey, para garantizar el acceso a todo el sector del turismo; y en San Pedro de Macorís.
Se dispondrá una unidad en San Cristóbal, una en Azua, otra en Barahona y en la misma región, en San Juan, se completará la sexta unidad para que la sangre pueda llegar a la gente y no que la gente tenga que salir a buscarla. “Es la sangre la que debe esperar por el paciente y no el paciente por la sangre”, dijo el hematólogo.
Santiago de los Caballeros, San Francisco de Macorís, La Vega, Puerto Plata, Mao y Moca también tendrán una unidad.
En el caso de Santo Domingo y las zonas colindantes, el doctor explicó que habrá nodos o unidades en la maternidad Nuestra señora de La Altagracia y también en los hospitales Darío Contreras, Francisco Moscoso Puello y Robert Reid Cabral.
“Será una sola red para todas las unidades porque no existe un tipo de sangre pública y otra privada”, dijo el hematólogo, al señalar que se busca acabar con una vieja deuda social acumulada que por años ha afectado a dominicanos.
La realidad. En el primer mes se aspira a suplir 22 mil unidades de sangre desde el Hemocentro. Será sangre de voluntarios y se irá en forma ascendente hasta llegar a las 115 mil unidades que se suplirán. “Esperamos que el país se pueda manejar con 250 mil unidades al año, que es la necesidad nacional”, insistió el médico al hablar al respecto.
Serían alrededor de 20 mil unidades de sangre al mes, pero el tema es hacer un cambio de cultura del modelo de reposición a la donación altruista y generosa. “Aspiramos a que tres por cada 1,000 dominicanos done al menos dos veces al año en forma voluntaria”, señaló Sosa.
El déficit de sangre en el país ronda las 180 mil unidades al año.
En la República Dominicana existen 62 bancos de sangre, de los cuales la mitad pertenece al Ministerio de Salud Pública.
El resto de los centros los manejan el sector privado y militar. Se tiene proyectado que en tres años el Hemocentro pueda optimizar la labor de recolección y procesamiento de la sangre.
“La sangre es un derecho público y, como tal, también debe servirse de manera gratuita, priorizando los sectores vulnerables y a las personas de escasos recursos económico”, dijo Sosa.
Importantísimo. “Si la población no se empodera y aprende a donar, el Hemocentro no tendrá sangre. Esa es una gran verdad”, asegura Sosa, al señalar que sin los donantes el Hemocentro sería un banco de sangre más, con mucha tecnología y equipos costosos.
Con la nueva política de sangre, se priorizará la red pública, pero se harán convenios con el sector privado. Un Hemocentro no funciona sin sangre, por lo que habrá unidades móviles para captar la sangre y unidades para llevarla a los centros de la red.
Las colectas se harán en plazas, universidades y donde quiera que haya personas y puedan llegar los equipos en unidades. Luego se lleva la sangre al Hemocentro para su procesamiento y posterior distribución, dijo el funcionario del Ministerio de Salud.
Listo. El Hemocentro está listo y solo se espera que el presidente Danilo Medina disponga una fecha para ser inaugurado, dijo un funcionario del Gabinete Social. Una vez se entregue, se tomarán unos dos meses y posteriormente comenzará la distribución de la sangre en forma gradual.
El plan de apertura incluye la unificación de las pruebas que se realizan, lo que comenzará en el Gran Santo Domingo. Toda la sangre de los establecimientos públicos será analizada con los mismos estándares.
“Comenzaremos con los centros públicos y los privados se irán incorporando conforme se firmen los convenios de gestión para que la sangre vaya y venga”, dijo el gerente médico.
Las 24 horas. El Hemocentro tendrá un horario de 24 horas pero no dará servicios a personas sino a los centros de salud de la red, insiste Sosa, quien trabaja con intensidad para materializar la apertura del centro.
Pretenden terminar con el viacrucis que implica buscar sangre cuando un familiar está camino al quirófano en intensivo.
La Cruz Roja. Es una organización sin fines de lucro que seguirá funcionando y se podría estudiar si quiere incorporarse a la red como una unidad más, sostuvo Sosa en torno a la Cruz Roja.
Esa entidad tiene una buena estructura y tal vez le ha faltado trabajar la donación voluntaria de sangre. La mayoría de los que van son de reposición o familiares del paciente que van con una necesidad. “Si están en la disposición de incorporarse como un nodo a la red, pues se hace un convenio para que sigan operando tal cual”, dijo.
Habla Cruz Roja. El doctor César Matos, director de Banco de Sangre de la Cruz Roja, ve con positividad que el Estado se encargue del tema sangre. La Cruz Roja aporta el 50% de la sangre que se utiliza en República Dominicana.
La entidad tiene cuatro centros: Santo Domingo, Santiago, San Francisco de Macorís y La Romana. Cada día colectan entre 250 a 300 unidades de sangre, proveniente de igual número de donantes.
Matos asegura que menos del 1% de la sangre que se dona en la Cruz Roja es voluntaria: la mayoría es por reposición para familiares enfermos.
Donación voluntaria. No se harán campañas masivas, sino que se capacitará a promotores que trabajarán directamente con la gente para la motivación de la donación voluntaria, asegura Sosa. Están previstos al menos seis promotores que irán a empresas e instituciones públicas y privadas.
Estos promotores buscarán motivar a que las personas donen en forma voluntaria su sangre y que las empresas abran las puertas para que los técnicos del Hemocentro acudan a hacer las colectas que se requieren en el país.
“La gente no dona porque nadie se lo pide, eso ha hecho que se desarrollen grupos de intereses y negocios que hacen su trabajo bien y otros que sin criterio hacen hasta un pago solapado a donantes”, dijo.
Sosa fue a Barcelona para tener todos los detalles de la experiencia catalana en torno a este tema.
Las autoridades están en el proceso de adquirir las unidades móviles y el equipo de transportación de forma que nadie tenga que esperar la sangre o morir por su ausencia.