Elliott Abrams, enviado especial para Venezuela y el director de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), Mark Green, le dijeron al Congreso que el gobierno promueve una transición política pacífica en el país sudamericano.
Ambos insistieron en que han recibido instrucciones de buscar únicamente esa estrategia. Abrams dijo que el gobierno está concentrado en aplicar presiones económicas y diplomáticas sobre el gobierno de Maduro mediante sanciones.
Anunció que más sanciones son inminentes y que incluso bancos extranjeros podrían ser penalizados si se determina que están ayudando a Maduro a ocultar activos del Estado.
Abrams y Green fueron interpelados el jueves por la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. Estados Unidos es uno de más de 50 gobiernos alrededor del mundo que reconocen al líder opositor Juan Guaidó como presidente legítimo de Venezuela.
Argumentan que debido a generalizadas denuncias de fraude electoral, Maduro no es el mandatario elegido y Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional tiene el deber de asumir la presidencia cuando está vacante.
Elliott Abrams, aseguró ayer que su Gobierno no está negociando con Cuba para facilitar la salida del presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Abrams ofreció esa información durante una audiencia titulada “Las relaciones entre EE.UU. y Venezuela y el camino a una transición democrática” en el comité de Exteriores del Senado.
El senador demócrata Bob Menéndez, crítico con Maduro y el Gobierno cubano, preguntó a Abrams si el Ejecutivo estadounidense ha hablado con La Habana sobre una salida para Maduro, a lo que el diplomático contestó: “No, no estamos discutiendo con Cuba el futuro de Maduro”.
En las últimas semanas se multiplicaron las especulaciones sobre la posibilidad de que Maduro esté buscando un refugio por si se viera forzado a dejar el poder ante la presión de parte de la comunidad internacional, que respalda al líder opositor Juan Guaidó como presidente “legítimo” de Venezuela.