Miles de católicos haitianos realizaron el martes una marcha en la capital del país, Puerto Príncipe, para pedir la renuncia del presidente Jovenel Moise, que enfrenta acusaciones de corrupción en medio de una oleada de protestas populares.
Reunidos fuera de una de las principales iglesias de la ciudad, denunciaron a Moise como corrupto e incompetente.
Haití está sumido hace un año en una crisis política y social, con manifestaciones antigubernamentales que exigen la salida del presidente.
«Jovenel, toma una decisión sabia y renuncia. ¿Presidente de qué eres? No hay nada en este país. No hay comida, no hay hospitales, no hay escuelas», dijo la manifestante Fausta Maisonneuve, que sostenía un rosario en su mano.
Desde que asumió el poder en febrero de 2017, Moise ha tenido que enfrentar el enojo de la oposición, que se niega a aceptar su triunfo en unas elecciones ampliamente consideradas como dudosas.
A fines de agosto, el descontento social se incrementó debido a una escasez nacional de combustible, y las protestas se tornaron violentas.
En las últimas semanas, varios grupos sociales y asociaciones profesionales, incluidos movimientos integrados por artistas y estudiantes, han tomado a su turno las calles para protestar contra el presidente.
Los católicos que protestaron este martes eran principalmente jóvenes que rezaban en voz alta durante la marcha.
«Vemos que el presidente no puede dirigir el país», dijo Osma Joseph, una estudiante de educación. «Es incompetente. Debe renunciar porque la situación social llegó a un punto crítico y deplorable».
Haití es uno de los países más pobres de las Américas. De su población de cerca de 11 millones de habitantes, 3/5 viven por debajo de la línea de pobreza, con menos de dos dólares por día.