Las autoridades investigan aún cómo se inició la reacción en cadena que ha reducido el 80% del mercado a escombros. Según los testigos, un cohete prendió y estalló junto a gran cantidad de material pirotécnico.
En el momento de la explosión el mercado acumulaba 300 toneladas de productos pirotécnicos, según la prensa mexicana.
Dificultad para la identificación de los cadáveres
En una conferencia de prensa, el gobernador del estado de México, Eruviel Ávila, ha indicado que 31 personas murieron en el lugar del incidente y otras cinco fallecieron posteriormente en el hospital.
Algunos niños con quemaduras en más del 90% de su cuerpo han sido enviados a Galveston, Estados Unidos, para recibir tratamiento.
El número oficial de desaparecidos continúa siendo una incógnita, debido a la dificultad para identificar a las víctimas por la gravedad de las quemaduras. Los forenses tendrán que recurrir a las pruebas de ADN.
“El humo negro era devastador, en mi coche pude traerme a mi abuela, a mi tío y a uno que no conozco. Esto ha sido terrible”, ha relatado Arturo Solano, que trabaja en la pirotecnia y se encontraba de compras en el mercado.
“La gente lloraba por todos lados y corría desesperada en todas direcciones”, ha explicado César Carmona, otro testigo.
Federico Juárez también estaba presente en el momento de la deflagración. “Todo el mundo empezó a correr para escapar de los ladrillos y trozos de cemento que caían por todos lados”, ha asegurado.
Un mercado famoso y “seguro”
Las imágenes de devastación tras la explosión contrastan con el aspecto que habitualmente presentaba el mercado, compuesto por varias filas de puestos al aire libre alrededor de los cuales se estacionaban los vehículos de los visitantes.
De acuerdo con el secretario de Gobierno del Estado de México, José Manzur, en la actualidad el mercado albergaba 300 locales, todos con sus correspondientes permisos municipales y federales.
En una entrevista con, Manzur ha explicado que la última inspección se produjo en noviembre.
El municipio de Tultepec presumía de que San Pablito era “el mercado de fuegos de artificios más seguro de Latinoamérica”, según su propia publicidad. El director del Instituto Mexiquense de la Pirotecnia, Juan Ignacio Rodarte, también ha asegurado que el lugar disponía de “puestos perfectamente diseñados y con los espacios suficientes para que no se dé una conflagración en cadena en caso de un chispazo”.
No obstante, este no es el primer accidente que se produce en San Pablito. En 2005, un centenar de personas resultaron heridas en una explosión, y un año más tarde se produjo otro estallido.
En 2010, tres personas murieron en Tultepec al explotar un contenedor de pólvora de un taller de juegos pirotécnicos, mientras que en 2012 hubo otra víctima mortal en la zona por las mismas razones
