Resalta además: “Su mujer, la vicepresidenta Rosario Murillo, maneja la nave gubernamental como si nada estuviera pasando, animando incluso a acudir a los festivales que ya inician por motivo de la Semana Santa. Ni cuarentenas ni toques de queda ni cierres de fronteras, el mundo al revés. Y todo ello, con el gran líder en silencio”
“Hermanos, nuestro comandante Daniel aquí trabajando, dirigiendo, coordinando todos los esfuerzos que estamos y seguimos realizando, porque tenemos un compromiso invariable con la patria, con la paz, con el porvenir, desde cada hogar y desde cada comunidad”, aseguró Murillo en su comparecencia radiofónica de el sábado.
De acuerdo a El Mundo, esas palabras palabras que no convencieron a buena parte del país. “El hermetismo revolucionario ha desatado un vendaval de rumores, parecidos a los que acompañaron a la enfermedad de Hugo Chávez y a la larga convalecencia de Fidel Castro. La ausencia de la pareja presidencial en el funeral del diputado Jacinto Suárez, secretario de Relaciones Internacionales del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y amigo personal del caudillo revolucionario, ha profundizado el resquemor de todo el país”, agrega.
La salud de Ortega se ha convertido desde hace años en un secreto de Estado. Sus escasas apariciones, como si de un mesías político se tratara, se mezclan con ausencias deliberadas, sobre todo desde que hace dos años estallara la rebelión popular contra su régimen.
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