Un día como hoy, 20 de diciembre de 1972, muere René del Risco Bermúdez, poeta, narrador y publicista dominicano. Fue una de las figuras esenciales en el tránsito de la literatura dominicana desde la “Era de Trujillo” a los intentos democratizantes de los años 60.
A finales de los años 50 se trasladó a Santo Domingo, entonces Ciudad Trujillo, para estudiar derecho en su Universidad. Se vinculó a la lucha contra el trujillato, formando parte del Movimiento Revolucionario 14 de Junio. En 1960 es apresado y deportado a Puerto Rico.
Cuando regresa a la Isla, en 1962, se dedica principalmente a la literatura. Durante la Guerra de Abril de 1965 se integró al grupo de Artistas de Arte y Liberación, que se plantearon un trabajo de apoyo al movimiento constitucionalista. Pasada la Guerra se dedicó a la publicidad, fundando a principios de los años 70 la publicitaria RETHO. Su poemario “El viento frío” (1967) fue dura e injustamente criticado por la conciencia que tuvo en torno a la crisis del sujeto tras la Guerra de Abril.
Con René del Risco Bermúdez la literatura dominicana se integra por completo al denominado “boom” de la literatura latinoamericana. Su interés por la escritura de cuentos y la poesía lo vinculó con agrupaciones culturales como “La Máscara”, donde comenzó y se confirmó su vena literaria. Del Risco realizó una labor de articulista, a la vez que se relacionó con el quehacer radiofónico a través de programas como “Atardecer” en HI1J y el programa “Montecarlo” en HIJB.
Fue fundador junto a figuras como Marcio Veloz Maggiolo, Miguel Alfonseca y Ramón Francisco del grupo cultural “El Puño”. Algunos de sus escritos son “El viento frío” (poemas) y cuentos como “En el barrio no hay banderas” y “Ahora que vuelvo Ton”. Este último, fue adaptado para televisión por el cineasta Jimmy Sierra.
Falleció en Santo Domingo en un trágico accidente en la avenida «George Washington» (Malecón), a los 35 años de edad.
Dejó inédita la novela “El cumpleaños de Porfirio Chávez”, donde trata las consecuencias del trujillato sobre la vida cotidiana en los años 40 de su Macorís natal. La obra fue publicada por Ediciones Cielonaranja, y fue considerada por el crítico Miguel D. Mena como “el eslabón perdido de la literatura dominicana”, debido a la manera en que se adelantó en temas que luego serían tópicos en la literatura latinoamericana, como la figura del dictador y el sentido del bolero en la sociedad dominicana.