La pasada semana informamos en una primera entrega de la serie Realidades del mercado municipal del San Pedro de Macorís donde se dio a conocer parte de la situación de la principal plaza comercial en esta ciudad, donde tocábamos la parte del mercado que tiene vista hacia la avenida Francisco Alberto Caamaño, donde la gente que tiene sus negocios en esa vía externaron sus quejas.
En esta ocasión tomamos las reacciones y las imágenes del espacio cuyo ángulo está ubicado en la calle Ramón Castillo, donde cuyo panorama, es el que más comentarios e insalubridad genera en ese lugar.
Y la verdad es que las aguas nauseabundas, acumuladas en ese espacio, vierten hedores que ahuyentan a la clientela que visita el histórico mercado de San Pedro.
Según cuenta el señor Juan Antonio Pérez, como vendedor de rubros, el trata de mantener su espacio limpio para provocar buena venta en cada uno de sus productos.
De su lado don Juan de la Cruz, quien lleva 30 años y además expone sus productos en las proximidades de los negocios que se dedican a la venta pollos, externó su queja, por la falta de higiene a pocos metros de sus mesas agrícolas.
De manera contradictoria a la realidad demandante, justamente en ese espacio, está ubicada la oficina administrativa que representa al ayuntamiento municipal, donde se recaudan los impuestos, y desde donde se debe velar por la higiene del mercado.
En la calle Ramón Castillo, del mercado municipal, están ubicados cuatro negocios dedicados al expendio de pollos matados y vivos, situación que produce hedores, los cuales la gente reprocha aunque pase a la distancia.
De igual manera, operan en esa vía, negocios denominados almacenes, que ofrecen mercancías diversas, a los menoristas, pues hasta donde ellos se desplazan desde los más recónditos barrios y bateyes de la provincia, pequeños comerciantes propietarios de colmados y de los conocidos ventorrillos, para adquirir sus productos.
Algunos de los abordados, dijeron: las autoridades competentes acuden hasta aquí solo hablan, solo prometen y no se ven luego que logran un interés particular, así es que no sabemos qué será de nosotros en este lugar, donde las ventas bajan cada día, y es por esa situación.
Se recuerda que el pasado mes de mayo en plena campaña electoral, las calles que bordean el mercado municipal fueron favorecidas con pavimentos, trabajos que dieron una imagen diferente pero de manera temporal ya que la demanda primordial sigue latente como un paciente en cuidados intensivos, pues eso sin duda algunas es de vida o muerte.
De acuerdo a lo externado por reconocidos médicos de nuestra ciudad, consumir los productos de nuestro mercado expone la salud de los ciudadanos a contaminaciones cuyas consecuencias pueden ser funestas.