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El Papa hizo esa petición durante su plegaria tradicional del domingo, en el Día Mundial de Naciones Unidas contra el Tráfico de Personas.
“Cada año, miles de hombres, mujeres y niños son víctimas inocentes de la explotación laboral, del tráfico de órganos y de sexo”, afirmó. “Esto es feo. Es cruel. Es criminal”.

Francisco pidió al mundo que renueve su compromiso para combatir “esta plaga aberrante, una forma de esclavitud moderna” y rezar para que los traficantes “cambien sus corazones”.

La Organización Internacional del Trabajo estima que 21 millones de personas en todo el mundo son víctimas de trabajo forzoso, incluidas víctimas de la trata de personas para explotación laboral y sexual.

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