S.P.M., R.D.-Me siento orgullosa de ser mujer, formo parte de ese grupo de mujeres revolucionarias que en un mundo machista supo rebelarse y reclamar mediante el esfuerzo, trabajo y estudio la justa y equitativa distribución de los derechos, puestos y funciones que le corresponden al género femenino en esta sociedad.
Es triste tener que enfrentar la dura y cruel realidad, al ver que luego de alcanzar la meta propuesta se nos está privando del más legítimo derecho que posee el ser humano. ´El derecho a la vida ‘Parece ser una respuesta de parte de los hombres, que posiblemente no soportan el hecho de que la mujer haya podido llegar al lugar donde ha llegado, olvidándose estos de su posición de hijo, de hermano y de esposo al momento de cometer el crimen.
No depende de nosotras ponerle fin a esta ola de femenicidios, pero si podemos aportar algo, recordando que usamos los dos hemisferios de nuestro cerebro y el hombre uno, que somos muy astutas cuando nos lo proponemos, pero sobretodo somos más temerosas de Dios.
Mujer virtuosa, coloquemos a Dios en el centro de nuestros hogares a través de la oración, hagamos uso de nuestra inteligencia sana. Conocemos al varón con el cual convivimos o hemos convivido, no les demos la oportunidad para que nos quiten la vida dejando a nuestros hijos huérfanos y la familia mutilada. Somos creación divina y solo a Dios le corresponde nuestra vida.